sábado, 29 de septiembre de 2007

Introducción


El hombre en el mundo actual se pregunta ¿de qué forma puedo justificar mi estatus, mi rol en la sociedad?; y parece haber encontrado una respuesta en la tecnología, convirtiéndose en un objeto otorgador de estatus y prestigio, pero no por su función práctica o aplicación que se realice con ella.

El hombre corre el riesgo de volverse un ser adicto a la tecnología, pero de forma decorativa y no utilitaria, contentándose con la posesión en vez del uso. Se analizará esta situación desde diferentes dimensiones interrelacionadas entre sí para llegar a una conclusión.


La tecnología
Cortesía Universidad de los Andes

En la dimensión psicológica, se tratará de dilucidar el porqué de esta necesidad en el hombre de justificarse a través de sus consumos, la formación de su personalidad y el surgimiento del llamado hombre tecno-sexual.

En la
dimensión social, se verá cómo diversos pensadores han enfocado el problema de la relación entre hombre, sociedad y consumo.


En la
dimensión tecnológica, se analizará como la tecnología se ha convertido en una presencia en la vida del hombre, de las brechas que se generan y de los nuevos fenómenos relacionados con ella.

La Dimensión Psicológica


La mente humana es analizada por la psicología. En el siglo XXI el hombre enfrenta en la formación de su personalidad fuertes desafíos, al no contar con un verdadero fundamento sobre el cual construir su vida.


La Dimensión Psicológica
Se ve derivado en el consumismo, en buscar su felicidad en los objetos que le propone la sociedad, pero la presión de obtener los mismos y de su vida diaria lo lleva a caer en una situación de escapismo, huyendo de sus angustias en el entretenimiento y los medios.



La psicología del individuo

Sigmund Freud, padre de la psicología moderna, plantea tres instancias en la estructura de la personalidad: el ello, el yo y el súper-yo. El ello es la parte innata de la personalidad, cuyo propósito es cubrir las necesidades fisiológicas, presentándose de forma pura en el inconsciente. Representa los impulsos, necesidades y deseos más elementales y constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano.



Sigmund Freud
Cortesía Biografías y Vidas

En la interacción con la sociedad, surge el yo con el fin de cumplir de manera realista los deseos y demandas del ello, actuando como un intermediario entre el ello y el mundo externo. El yo actúa en base a un concepto realista del mundo para adaptarse al mismo.

El superyó contrarresta al ello, representando a los pensamientos morales y éticos. Es la expresión interna del individuo con relación a la moral de la sociedad.





El Consumismo

La palabra consumismo es un término que se utiliza para describir los efectos de igualar la felicidad personal a la compra de bienes y servicios o al consumo en general. Tradicionalmente se vincula a este concepto con el hedonismo, doctrina filosófica basada en la búsqueda del placer y la supresión del dolor como objetivo o razón de ser de la vida.



El hombre en el siglo XXI ve su felicidad en los objetos. Tras, como sostuvo Nietzsche, la muerte de Dios, el hombre busca nuevos fundamentos en los cuales basar la construcción de su personalidad. Reemplaza una existencia justificada en el amor y en la dignidad del hombre por una en que Dios es sustituido por la tecnología, todopoderosa, otorgadora de estatus y de relevancia en la vida. Es el surgimiento del hombre tecno-sexual.

Entonces la tecnología se vuelve el objeto sobre el cual el hombre construye quien es y como es. Por supuesto que esto le acarrea problemas, comenzando por la anomia social descripta por Emile Durkheim.





Durkheim y la anomía social


El ser humano desde su nacimiento consume como forma de satisfacción de sus necesidades básicas. Pero a medida que el individuo se desarrolla, a estas se le suman nuevas necesidades de origen social, que le sirven para crear una identidad.

Emile Durkheim
Cortesía Biografías y Vidas


Durkheim planteó en sus trabajos de investigación una situación resultante de la relación entre hombre y sociedad. Explica que el individuo busca la felicidad y trata de satisfacer las necesidades que le plantea la sociedad a través del consumo de los objetos que la misma le ofrece. Durkheim entiende a la sociedad como una realidad espiritual que no puede reducirse a la mera suma de los individuos que la componen.

Pero el problema que afronta es que, con la innovación tecnológica y el ritmo de la sociedad de consumo, surgen constantemente nuevas necesidades, con lo que el hombre jamás logra verse satisfecho y lograr la felicidad. Sabe que trabaja cada vez más para satisfacerse, y tiende a evitar la aceptación del mismo, llenando su tiempo de ocio con actividades de recreación, para evadir un momento de reflexión personal y existencial. Es el surgimiento del escapismo.



El escapismo


El descanso y la recreación son actividades saludables que permiten disfrutar la vida y relacionarse mejor con los demás. Sin embargo, mucha gente se ha habituado a escapar de la realidad y relacionarse con otros se ha convertido en una idea angustiante y potencialmente impracticable. El término “escapismo” está reservado para las personas que pasan una excesiva cantidad de tiempo alejados de la vida real hasta el punto en que tratan de escapar de ella. Su raíz es la incapacidad de establecer relaciones importantes con otras personas en el mundo real.


Pero el hombre del siglo XXI afronta una nueva forma de escapismo, fundado sobre la base de la interacción virtual y distante. Las nuevas tecnologías proveen de experiencias con alto grado de inmersión y las personas experimentan lo que hoy se denomina la cultura del videoclip, donde su capacidad de atención y comprensión se ve cada vez más limitada. Esto lleva a que solo llegan a conocer de forma fragmentada, que sus conocimientos presenten grandes agujeros imperceptibles a la persona, lo que acarrea posibles riesgos para ella.


Riesgos… La “disfunción narcotizante”

El teórico Paul Lazarsfeld advirtió que los medios de comunicación pueden tener un grave perjuicio para los espectadores, riesgo al que denomino la disfunción narcotizante.

Paul Lazarsfeld
Cortesía

La disfunción narcotizante es un fenómeno que lleva a la apatía e inercia, una pasividad derivada de la ilusión que hace a la persona creer que su participación en el fenómeno mediático equivale a participar en el mundo real. De tal manera, se genera un conformismo, una tendencia a preservar el status quo pues la persona deriva su atención en lo ficticio y lo representado, evitando actuar en el mundo real. Se crean pseudo eventos, personajes y personalidades con las cuales se vincula, olvidando el mundo real para sumergirse en la representación ofrecida por la tecnología.




El hombre tecno-sexual


El hombre tecno-sexual es un neologismo acuñado por el físico y matemático estadounidense Ricky Montalvo, quien lo define como un ser narcisista y urbano, fascinado por la informática y con un alto nivel de vida.

Se trata de un hombre preocupado por su alimentación y su cuerpo, que prefiere emplear todo el tiempo en explorar su laptop, revisar la agenda electrónica e instalar equipos en su casa, en su auto o en su oficina los más avanzados adelantos tecnológicos, para sentirse gratificado.
El hombre tecno-sexual

Cortesía Cynical Ideas


Montalvo sostiene que el hombre tecno-sexual posee un estilo de vida donde los aparatos tecnológicos son parte de su quehacer diario. Fuertemente marcado por el consumo, se caracteriza por concentrar un estilo de vida con estándares altos, consumos de ropa de marca pero también aparatos tecnológicos.

Esta concepción plantea una nueva noción del hombre ideal, alejado de las labores físicas y con un conocimiento práctico de como operar y obtener información de la tecnología.






viernes, 28 de septiembre de 2007

La Dimensión Social


El hombre, por su propia naturaleza, es un ser social que busca relacionarse y vivir en comunidad. Uno de sus grandes problemas ha sido siempre la adaptación, es decir cómo ajustarse a una sociedad y a la vez construir, con lo que ella le ofrece su propia identidad. Ese deseo de destacarse, de ser reconocido es natural en los hombres, y su combinación con la sociedad de consumo ha generado que el hombre desarrolle una preponderancia hacia la compra de objetos.


La sociedad de consumo, en combinación con la abundancia de aparatos tecnológicos y nuevas formas de comunicación, han devenido en un nuevo fenómeno, la creación de comunidades virtuales, nuevas sociedades que trascienden los límites de espacio y tiempo.


La Sociedad de Consumo


En gran cantidad de ocasiones se refiere a la sociedad actual como una “Sociedad de consumo”. Se caracteriza por el consumo masivo de bienes y servicios, disponibles gracias a la producción masiva de ellos.


El hombre consumidor
Cortesía Fractales.org


La posesión y la no posesión son las categorías fundamentales en esta sociedad. Desde la sociología, se define al consumo como “el conjunto de procesos socioculturales en que se realiza la apropiación y los usos de los productos o servicios”, es decir que implica relaciones de posesión y dominación, pero a la vez genera la necesidad de imitación.





El mimetismo cultural

El mimetismo cultural es un móvil importante para el consumo aún cuando el mismo es una elección consciente de cada persona y depende de su cultura. Aunque la persona no pueda comprar los bienes, la sola ilusión de que pueda llegar a hacerlo, le proporciona placer y hacen que se sienta partícipe de este mundo.

El deseo de lo nuevo es algo inextinguible, se impone en forma perpetua. Quien tiene los recursos para invertir en él como consumidor, es una especie de coleccionista al revés. En lugar de coleccionar objetos, colecciona actos de adquisición de objetos. Para el coleccionista al revés, su deseo no tiene objeto que pueda conformarlo, porque siempre habrá otro objeto que lo llame.

El mimetismo cultural

Cortesía Diputación de Badajoz

También existen los excluidos del mercado, que pueden soñar con consumos imaginarios. Ambos piensan que el objeto les dará algo de lo que carecen en su identidad. Pero aquello que los hace deseables, también los vuelve volátiles, ya que la inestabilidad de los objetos se origina en las modas.

Los objetos crean sentido más allá de su utilidad o su belleza. La estética del consumo se ha instalado en la sociedad. Siempre el puntaje de una marca, una etiqueta o una firma tiene otros fundamentos, además de sus cualidades materiales, de su funcionamiento o de la perfección de su diseño.

De la ética del trabajo a la estética del consumo


Zygmunt Bauman, sociólogo británico, sostiene que la actual es una sociedad de consumidores, y que como tales usamos las cosas para satisfacer nuestros necesidades y deseos. Consumir significa también destruir, porque cuando realizamos esa acción, estamos agotando o despojando a las cosas de su encanto, a veces, hasta dejan de existir.

En una etapa anterior la formación de sus integrantes estaba determinada por la necesidad de desempeñar el papel de productores. En la etapa presente, la forma en que esta sociedad moldea a sus integrantes está regida, ante todo y en primer lugar, por la necesidad de desempeñar el rol de consumidor.

Zygmunt Bauman

Cortesía Greylodge.org

Inicialmente, el trabajo era la herramienta principal para encarar la construcción del propio destino. Hoy en día, la perspectiva de construir sobre la base del trabajo una identidad para toda la vida ha quedado olvidada definitivamente. Es preciso que esa identidad pueda ser cambiada a corto plazo, sin previo aviso, y esté regida por el principio de mantener abiertas todas las opciones.

Lo que termina destacándose es el medio, no el fin. El objeto y el consumo se vuelven más importantes que los beneficios que puede acarrear a la persona. El presente se vuelve el único tiempo.




El Presente


El espacio de reflexión ha quedado abandonado, concentrándo la atención del hombre en el presente. En el hoy se sientan las bases y se prepara la construcción del futuro, el hoy es lo único que importa. Se vive, pero no se razona.

De allí surge la necesidad de “ser tecnológico”, de estar al día, frente al miedo de quedarse atrás, no ser relevante y caer en la exclusión social. El hombre busca entonces la satisfacción inmediata.

Herbert Marcuse presenta a la sociedad capitalista “avanzada” como una sociedad en la que el hombre ha perdido su sentido crítico. El consumismo y la “liberación de las costumbres” lo transforman en un ser cada vez más integrado al sistema, donde no hay espacio para la oposición y la crítica.

Herbert Marcuse

Cortesía Avizora.com

En ella se da “una confortable, tersa, razonable, democrática no libertad”. El capitalismo avanzado ejerce su dominio, su control total, de un modo sutil, manipulando los deseos y las necesidades de las personas. “No sólo determina las ocupaciones, las habilidades y las actitudes socialmente requeridas, sino también las necesidades y las aspiraciones individuales”.




La exclusión social


El fraccionamiento y la exclusión son crecientes en la sociedad de consumo. A las inequidades tradicionales se suman nuevas, produciendo una dinámica social en la cual los individuos y las familias luchan por integrarse o no ser excluidos, en un marco de creciente desprotección y debilitamiento de los canales de inclusión.



El hombre siente la necesidad de deber consumir para ser identificado por los otros como un ser de existencia validada. El trabajo de la publicidad le ha convencido de que mostrar sus aparatos tecnológicos le confiere un cierto estatus, de líder, de innovador, de estar en el hoy y en el futuro, de estar en la cresta de la ola. El hombre busca que se lo identifique como líder, y no como una simple oveja, pero termina convirtiéndose en ella.

La exclusión tecnológica, derivada del crecimiento de las brechas de conocimiento, se incremente día a día, dividiéndose el mundo en dos, los que están en el presente y los que no.




¿Nuevas Comunidades?


Una de las características del hombre es la necesidad de pertenecer a una comunidad. Sea en foros o servicios de mensajería en Internet, o por mensajes de texto por celular, el hombre crea una nueva red de vínculos donde el contacto cara a cara es innecesario, e incluso indeseable. Desde la comodidad de su hogar, el hombre a través de la tecnología puede acceder a todo el mundo y aparentemente obtener todo lo que necesita para formarse y desarrollarse.

Nuevas Comunidades

Cortesía Assembly.org

Salir al mundo real es algo peligroso, intimidante, pero a través de la tecnología puede construir una nueva identidad y mostrarse como quiere ser.

Ya no alcanza con vivir la vida, es necesario comentarla en Internet. Es indispensable conectarse y hablar con otros sobre los datos y las revelaciones, preguntarles su opinión y obtener información adicional de otras fuentes. Se crean verdaderas estructuras y organizan sus recursos, dedicando su energía a estos fines en vez de al esparcimiento tradicional o a la actividad laboral.

De esta manera, el hombre construye una nueva visión del mundo.



Lippman y el pseudo-ambiente



“En un mundo complejo, las imágenes siempre fueron la forma más segura de transmitir una idea”.

Walter Lippman en 1922 estableció su teoría sobre la existencia de un pseudo-ambiente, que se instala entre la persona y el entorno real. Consecuencia del accionar de los medios de comunicación que le transmiten emociones, ficciones y estereotipos, la persona recrea una imagen distorsionada del mundo real, en la que basa sus decisiones.



El Pseudo-ambiente

Lippman explica que el individuo cree actuar en base al entorno real, y no al pseudo-ambiente que construye y que lo estimula, denominando a este fenómeno “la tragedia del mundo real”. Como consecuencia, las personas pueden ver confundidas la realidad y la ficción, invadiendo conceptos pertenecientes a la segunda el entorno de la primera.

El hombre vive entonces en un mundo virtualmente construido, mediado por tecnologías y sus propios prejuicios, alejándose cada vez más de la realidad.





jueves, 27 de septiembre de 2007

La Dimensión Tecnológica



En la actualidad, la tecnología se ha convertido en protagonista del mundo social y laboral del hombre. Desde su auge hace más de una década, Internet ofrece la posibilidad de conectarse y conocer los últimos acontecimientos mundiales a minutos de haber ocurrido, atrayendo a millones de personas diariamente.


La tecnología al alcanze de la mano
Cortesía STGA.net


Pero este fenómeno acrecienta las desigualdades entre diversos sectores de la sociedad. Las brechas entre estos grupos se acrecientan, creándose nuevas formas de integración y nuevas comunidades.

La tecnología parecer ser un
objeto divino, proveniente de los dioses, que vendrá a solucionar los problemas existenciales del hombre. Como consecuencia de este status, surgen una serie de nuevos comportamientos y fenómenos que auguran situaciones problemáticas en el futuro.



Internet


Hoy en día Internet es uno de los medios de mayor penetración en la vida del hombre, presentándose no solo en sus horas de ocio sino como parte de su actividad laboral. Se ha convertido en una herramienta necesaria para el desempeño de sus funciones, permitiéndole a la vez desarrollar actividades sociales con su uso. Internet ha revolucionado el mundo de las comunicaciones, al poder conectar personas en distintas partes del planeta y disponer de acceso a una infinidad de datos e información.
El mundo conectado por Internet
Cortesía Espada de Damocles

En 1989 Tim Berners-Lee inventó un lenguaje, el HTML (Hyper Text Markup Language), que permite estructurar textos y presentarlos en forma de hipertexto, que es el formato estándar de las páginas web. A su vez, se desarrolla un protocolo de transferencia de hipertexto denominado HTTP (HyperText Transfer Protocol), que permite las conexiones entre clientes y servidores. De esta manera surgiría la World Wide Web, el segmento gráfico y más popular de Internet.

Durante el 2006 Internet alcanzó los mil cien millones de usuarios, estimándose que en diez años, la cantidad de navegantes de la Red aumentará a 2.000 millones. Tal crecimiento ha derivado en el surgimiento de nuevos fenómenos, entre ellos la denominada adicción a Internet y el surgimiento de los MMO.





¿Adicción a Internet?


El Síndrome de la Adicción a Internet o InfoAdicction Disorder (IAD) se define como "un deterioro en el control del uso de Internet que se manifiesta como un conjunto de síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos". Descripto por la doctora Kimberly Young, principal responsable del Center for On-Line Addiction, el síndrome sostiene que la persona 'net-dependiente' realiza un uso excesivo de Internet lo que le genera una distorsión de sus objetivos personales, familiares o profesionales. Es una conducta compulsiva y repetitiva que lleva a reemplazar actividades como la comunicación con la pareja, amigos y en general a relacionarse con el resto de la sociedad, tanto en el ámbito laboral como social, por medios electrónicos.




Los adictos buscan en la tecnología un mundo irreal donde poder ocultar sus temores, y hasta adoptar una personalidad distinta a la real. Es común que estas personas adopten roles virtuales muy distintos a sus características reales tanto en edad como en sexo. La tecnología les permite ocultarse en un anonimato que les brinda seguridad.

El usuario y la PC


Una manifestación extrema de este fenómeno fue el Caso Straw Se dio en los Estados Unidos, donde una pareja enfrento cargos de negligencia sobre el cuidado de sus hijos al descubrir una agente social que los padres se dedicaban a jugar compulsivamente Dungeons & Dragons en Internet en vez de alimentar y cuidar a sus hijos. La vinculación entre los juegos online y la adicción a Internet es un fenómeno en desarrollo.

Los MMO


Los MMORPGs (Massive Multiplayer Online Role-Playing Games) son juegos que se caracterizan por desarrollarse completamente en forma online, donde miles de personas se conectan al mismo servidor e interactúan desarrollando sus personajes, historias y apariencias. Los jugadores son representados en el mundo del juego a través de un avatar, una representación gráfica del personaje con el que juegan. Los creadores del juego proveen de un mundo persistente en el que habitan estos jugadores, que siempre está disponible para jugar.



Los MMO estimulan la creación de Guilds, o grupos virtuales, asociaciones de jugadores que juegan en conjunto y actúan como un grupo o ejercito. Es por ello que se sostiene que los MMO benefician el desarrollo de trabajo en equipo.

Los MMORPGs son inmensamente populares, con varios juegos comerciales superando los 2 millones de suscriptores, destacándose el World of Warcraft. Corea del Sur ostenta los mayores valores de suscripción, con millones de usuarios registrados.



La brecha digital - nueva forma de exclusión


La Brecha Digital se refiriere principalmente a las diferencias socioeconómicas entre aquellas comunidades que tienen acceso a Internet y aquellas que no, aunque también se puede referir al acceso a todas las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Se refiere también a las diferencias que hay entre grupos según su capacidad para utilizar las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) de forma eficaz, debido a los distintos niveles de alfabetización y capacidad tecnológica.

El investigador Jan van Dijk plantea que la brecha digital está en constante evolución, dado el surgimiento de nuevos usos tecnológicos, que son apropiados más rápidamente por aquéllos que tienen el acceso en forma más permanente y de mejor calidad.

Distribución de Internet en el mundo, cortesía de Ipligence.

Según Internet World Stats, casi el 70 por ciento de los internautas vive en los países industrializados, donde reside el 15% de la población mundial. Mientras que Europa y Estados Unidos suman 500 millones de usuarios, en todo el continente africano no superan los 4 millones. Estas diferencias implican que los países subdesarrollados se han quedado atrás en la ola tecnológica, y sirve para establecer nuevos lazos de dominación entre aquellos que desarrollan la tecnología, aquellos que pueden acceder a ella, y aquellos que ni siquiera tienen acceso.







El mito de Prometeo – el caso IPHONE


En un artículo publicado en Internet, en el sitio Foro Alfa, se analizó la campaña con el que se lanzó el iPhone de Apple, un aparato que combina las funciones de un celular, reproductor mp3, un navegador de Internet y una agenda, destacándose el rol que Steve Jobs, hombre clave de Apple, jugó en el mismo. Elevado al nivel de patriarca tecnológico, “Jobs irradia un halo de irreverencia, originalidad e innovación en el negocio de la computación. Su visión para construir aparatos «mágicos» es sorprendente, pero sobre todo, su capacidad para generar especulación y entusiasmo en los consumidores lo convierte en un referente”. Sus discursos se fundamentan en la innovación del hombre a través de los objetos.

El artículo plantea una conexión con el mito de Prometeo, aquel Titán que roba a los dioses el fuego para brindárselo a los humanos. El iPhone es promocionado como el fuego, como algo de carácter divino que soluciona todos los problemas de su usuario, que le da una vitalidad, una relevancia en el mundo contemporáneo. Cabe destacar que la reacción frente a la salida del iPhone fue sorprendente, generándose colas y colas en todas las ciudades estadounidenses, fuera de los Apple Shops. Todos a la espera del objeto mágico, de querer ser los primeros en poseerlo.

Prometeo tra el fuego a los hombres

Cortesía Wikipedia.org

Lo particular de este fenómeno es que al analizar el producto en sí mismo, se notaban grandes desventajas. En primer lugar el precio, siendo el celular más caro del mundo. En segundo lugar, la obligación de celebrar un contrato por dos años con un solo y exclusivo proveedor de telefonía celular. Cabe plantearse entonces el porqué de esta necesidad imperiosa de adquirirlo, y se cree encontrar la respuesta en el carácter casi mágico que se le atribuía al aparato, más allá de sus posibilidades reales. El iPhone era, nada menos, que el producto tecnológico más reciente, el que marcaba a su poseedor como elite, como especial. Esta serie de razonamientos pueden llevar a conductas extremas y al surgimiento de nuevas actividades económicas.



Situaciones Extremas – El caso PS3


Más allá de lo mencionado anteriormente, existe un antecedente más preocupante, que de confirmarse tales tendencias en otras situaciones denostaría un futuro oscuro. La PlayStation 3 fue lanzada por Sony en el 2006, produciéndose un fenómeno similar al del iPhone, pero con connotaciones que alcanzaron niveles insospechados.



Durante su lanzamiento se registraron decenas de peleas, conflictos a larga escala entre policías y compradores, asaltos para robar el codiciado producto, y enfrentamientos armados por lugares en la cola.





La nueva economía


Consecuencia de estos fenómenos tecnológicos han surgido nuevos servicios que buscan satisfacer las necesidades de posesión y estatus del hombre del siglo XXI.

El surgimiento de publicaciones especializadas para mantenerse al tanto de las novedades tecnológicas era un fenómeno esperado, pero como se apreció en el lanzamiento del iPhone y de la PS3, este fenómeno permite la aparición de nuevas formas de ganarse la vida.

En primer lugar, se hallan los vendedores de lugares, que básicamente alquilan sus cuerpos para hacer la cola frente al lanzamiento del producto. Los segundos son los revendedores, que se dedican a comprar los productos para inmediatamente ponerlos a la venta en sitios de subastas online.





miércoles, 26 de septiembre de 2007

Conclusión


Todo esto nos lleva a preguntarnos, exactamente que rol juega la tecnología en el mundo de la persona de hoy. Por un lado, se sostiene que se halla más comunicada, pero en verdad se aísla cada vez más perteneciendo a comunidades virtuales, encerrándose cada vez más en sí mismo y buscando solo aquello que lo ratifique.

Por otro, la tecnología invade todo y cada aspecto de su vida. El iPod, el reproductor mp3, el celular, se han vuelto elementos considerados “indispensables”, y la constante necesidad de renovación de los mismos no se detiene. Es usual escuchar a la gente que cambia su celular constantemente, como en otror
a época se realizaba con los autos, hablando de nuevas funcionalidades, de Blue Tooth, navegador de Internet, etc.

Pero de todas las capacidades que ofrece el producto tecnológico, son muy pocos los que logran utilizar las diversas funcionalidades de su equipo, muy pocos los que conocen y utilizan las funciones más allá de teléfono y mensajería.

Cabe preguntarse porque entonces este frenesí de renovación constante. La respuesta parece ser porque se ha vuelto vital estar “comunicado” o conectado todo el tiempo, aunque no se sepa usar dicha tecnología o no se tenga nada que decir.

La tecnología se vuelve entonces dominadora en vez de herramienta. El hombre ha perdido la batalla, y se ha vuelto funcional a ella, que es quien determina cómo funcionan las cosas.