El ser humano desde su nacimiento consume como forma de satisfacción de sus necesidades básicas. Pero a medida que el individuo se desarrolla, a estas se le suman nuevas necesidades de origen social, que le sirven para crear una identidad.
Durkheim planteó en sus trabajos de investigación una situación resultante de la relación entre hombre y sociedad. Explica que el individuo busca la felicidad y trata de satisfacer las necesidades que le plantea la sociedad a través del consumo de los objetos que la misma le ofrece. Durkheim entiende a la sociedad como una realidad espiritual que no puede reducirse a la mera suma de los individuos que la componen.
Pero el problema que afronta es que, con la innovación tecnológica y el ritmo de la sociedad de consumo, surgen constantemente nuevas necesidades, con lo que el hombre jamás logra verse satisfecho y lograr la felicidad. Sabe que trabaja cada vez más para satisfacerse, y tiende a evitar la aceptación del mismo, llenando su tiempo de ocio con actividades de recreación, para evadir un momento de reflexión personal y existencial. Es el surgimiento del escapismo.
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