miércoles, 26 de septiembre de 2007

Conclusión


Todo esto nos lleva a preguntarnos, exactamente que rol juega la tecnología en el mundo de la persona de hoy. Por un lado, se sostiene que se halla más comunicada, pero en verdad se aísla cada vez más perteneciendo a comunidades virtuales, encerrándose cada vez más en sí mismo y buscando solo aquello que lo ratifique.

Por otro, la tecnología invade todo y cada aspecto de su vida. El iPod, el reproductor mp3, el celular, se han vuelto elementos considerados “indispensables”, y la constante necesidad de renovación de los mismos no se detiene. Es usual escuchar a la gente que cambia su celular constantemente, como en otror
a época se realizaba con los autos, hablando de nuevas funcionalidades, de Blue Tooth, navegador de Internet, etc.

Pero de todas las capacidades que ofrece el producto tecnológico, son muy pocos los que logran utilizar las diversas funcionalidades de su equipo, muy pocos los que conocen y utilizan las funciones más allá de teléfono y mensajería.

Cabe preguntarse porque entonces este frenesí de renovación constante. La respuesta parece ser porque se ha vuelto vital estar “comunicado” o conectado todo el tiempo, aunque no se sepa usar dicha tecnología o no se tenga nada que decir.

La tecnología se vuelve entonces dominadora en vez de herramienta. El hombre ha perdido la batalla, y se ha vuelto funcional a ella, que es quien determina cómo funcionan las cosas.